Supe de Arthur Pink por primera vez en una iglesia presbiteriana. Uno de los hermanos, maestro de la iglesia, era muy aficionado a sus escritos. Lo citaba cada vez que podía y nos recomendaba sus obras en cada oportunidad.
Más tarde supe que el mismísimo Martin Loyd Jones lo recomendaba también. Pink, un predicador y teólogo inglés que Dios rescató de la teosofía, se comenzó a volver muy popular en los círculos reformados gracias a varios portales que comenzaron a distribuir sus libros como pan caliente. Por su parte, el neo-clavinismo contribuyó a la diseminación de sus escritos en español en Latinoamérica.
Seguí leyendo material de Pink a través de las publicaciones periódicas de Free Grace Broadcaster que acostumbran incluir sus artículos con relativa frecuencia, junto a la de muchos puritanos como Owen, Brooks y Flavel.
“El dispensacionalismo es una falsa mentira del diablo”
Arthur Pink se separó del dispensacionalismo con el paso del tiempo, hasta llegar a publicar piezas notoriamente hostiles contra dicho sistema como su obra titulada Dispensacionalismo refutado. En esta obra Pink calificó al dispensacionalismo como un cúmulo de “salvajes conclusiones” y “postulado tan endebles”. Pink aseguraba ser movido por “una indignación santa” y consideraba que los líderes dispensacionalistas habían sido “entregados por Dios a un espíritu engañoso”. En suma, el dispensacionalismo, aseguró Pink, “es una falsa mentira del diablo”. La estridencia de este trabajo se puede percibir de principio a fin.
Uno se pregunta el porqué algunos sitios reformados siguen compartiendo y distribuyendo este tipo de escritos apelando al mismo tiempo a un espíritu de concordia y amor hacia los dispensacionalistas actuales. Porque calificar de satánico al dispensacionalismo es algo más que diferir en asuntos secundarios. Es confuso observar como algunos citan esta obra de Pink -precisamente estas descalificaciones- y nos siguen llamando hermanos a los que pertenecemos a esta tradición teológica. Tal vez es corrección política. Solo Dios sabe.
Pero para sorpresa del lector, no es esta la razón por la que dejé de leer a Pink, ni tampoco lo que motivó este artículo. Si ese hubiese sido el caso, hace tiempo que ya hubiera anotado algo al respecto. Hay algo más problemático en la obra de Pink que merece nuestra atención y es su concepto de fe salvadora.
“Tener fe en Cristo no es suficiente”
Pink escribió en su popular obra Los atributos de Dios una definición muy acertada de la gracia divina. En su capítulo 12 definió la gracia así:
La gracia divina es el favor soberano y salvador de Dios, ejercido en la concesión de bendiciones a los que no tienen mérito propio, y por las cuales no se les exige compensación alguna. Más aún; es el favor que Dios muestra a aquellos que, no sólo no tienen méritos en sí mismos, sino que, además, merecen el mal y el infierno.
Es completamente inmerecida, y nada que pueda haber en aquellos a quienes se otorga puede lograrla. La gracia no puede ser comprada, lograda ni ganada por la criatura. Si lo pudiera ser, dejaría de ser gracia. Cuando se dice de una cosa que es de “gracia”, se quiere decir que el que la recibe no tiene derecho alguno sobre ella, que no se le adeudaba. Le llega como simple caridad, y, al principio, no la pidió ni la deseó.
Sin embargo, cuando Pink vinculó esta gracia con la salvación terminó añadiendo mérito propio a la salvación. Esta observación seguramente será a estas alturas muy impopular. Negada por el propio Pink en sus escritos. Pero el orden lógico de sus ideas, al menos para nosotros, no lleva a otro lugar.
En su obra Cristianismo práctico dedicó un apartado entero a exponer su concepto de fe salvadora. De forma directa y sin ambigüedades, Pink negó que tener fe en Cristo fuese suficiente para la salvación. Escribió:
No toda la fe en Cristo salva. Sí, no toda fe en Cristo salva. Multitudes han sido engañadas en este asunto vital. Miles que han creído sinceramente que han recibido a Cristo como su salvador personal, y ahora descansan en su obra completada están asentados sobre la arena.
Según Pink, la fe salvadora y la fe no salvadora (también sugiere llamarla “fe histórica”) son casi idénticas, tanto que él mismo reconoce que no sabemos hasta dónde son parecidas la una de la otra. Escribió:
La fe salvadora tiene a Cristo por su objeto; también la fe no salvadora (Juan 2:23, 24). La fe salvadora es obra del Espíritu Santo; así también lo es una fe que no salva (Heb. 6: 4). La fe salvadora es producida por la Palabra de Dios; también lo es una fe no salvadora (Mateo 13:20, 21). La fe salvadora hará que el hombre se prepare para la venida de El Señor; así también lo hará una fe no salvadora... La fe salvadora va acompañada de gozo; también lo es la fe no salvadora (Mateo 13:20).
En suma, para Pink una fe diabólica puede ser una fe que cree en Cristo, que es obra del Espíritu Santo, que es producida por la Palabra de Dios, que te prepara para la venida del Señor y que pone gozo en tu corazón. Desde que leí el sermón de John Wesley “El casi cristiano” no había encontrado algo parecido a esta visión de Pink.
El cristiano promedio puede corroborar que bajo la definición de fe salvadora de Pink prácticamente nadie puede estar seguro de su salvación. Pink se ocupó en su capítulo de ir descalificando todos los posibles consuelos que una persona pudiera llegar a tener para sentirse en Cristo Jesús, una práctica que históricamente ha demostrado arrastrar a la gente al legalismo y que ha creado múltiples casos de enfermiza introspección en la iglesia.
Este es el problema con obras como las Pink: por un lado hablan de la gracia como un regalo gratuito de Dios, absolutamente libre y proveniente de su solo poder soberano, y luego hablan de que esa gracia en medio de la cual opera la salvación solo por la fe no se puede recibir solo creyendo. Es decir, no es en realidad gratuita y según el estándar bíblico (Jn 3:16; 5:24; 20:31; Ro. 3:24;Hch. 16:31), sino un entramado psicológico en el que hay que echarse un clavado muy profundo e interminable para averiguar la verdad.
El punto de Pink es el clásico principio neo-puritano de que la salvación no es solo por la fe sino por la fe más sumisión total al Señor. Y este es un problema -dice- “de la vasta mayoría de cristianos profesantes”. En este punto Pink se pone perfeccionista. Dice que estos creyentes “tolerarán cierto grado de santificación, pero no una entera santificación”. Indicó:
No tienen gusto por la constante mortificación de todos sus miembros. No les gusta que Cristo venga a ellos como refinador, para quemar sus concupiscencias, consumir su escoria, para disolver por completo su vieja naturaleza, para derretir sus almas, para hacerlos correr en un nuevo molde. El negarse a sí mismos por completo y tomar su cruz todos los días les parece una tarea aborrecible.
El problema con esto no es que Pink exija a la iglesia una vida de santidad. Eso es perfectamente bíblico. Su error está en exigir estos requisitos para salvarse. Como explicaba en una sentencia J.C. Ryle: “La santidad no salva a nadie”. Porque la Biblia dice que la gracia es un regalo de Dios y que la salvación es solo por la fe, no por las obras (Ro.4.4). Pink no dice aquí que eres salvado solo por la fe y que luego la vida cristiana comienza a crecer con la ayuda de Dios en orden de la santidad. Pink sugiere que solo son salvos aquellos que caminan enteramente santificados o al menos con ese anhelo en su corazón.
Nunca es suficiente
Una cuestión adicional es esta: ¿Qué significa exactamente “la mortificación de todos los miembros”? Supongamos que aceptamos la idea de Pink sobre la fe salvadora. ¿Cómo puedo saber que he mortificado lo suficiente a mis miembros? ¿Cómo sé si Cristo ha consumido ya “toda mi escoria”? ¿Quién puede decirme con seguridad si he tomado mi cruz “por completo”? ¿Cómo sabe usted, amable lector, que no le falta algo para poder acceder finalmente a la certeza de la “fe salvadora” de Pink?
Grant Hawley anotó que Arthur Pink creyó en la gracia gratuita de Dios mientras fue dispensacionalista y que finalmente la abandonó cuando se volvió a la teología reformada. Escribió:
Cuando Pink abandonó el Dispensacionalismo, sin embargo, también abandonó la Gracia Gratuita. El que una vez propuso la simplicidad de la justificación por la fe sola ahora afirmaba: "Algo más que “creer” es necesario para la salvación" (Pink, Studies on Saving Faith, p. 12) Aunque una vez había usado Juan 5:24 y Hechos 16:31 como base para la seguridad del creyente, ahora se refería al que basa su seguridad en estos versículos como un “Sr. Confianza Carnal” (Pink, Studies on Saving Faith, págs. 156-63) y afirmó que: “Miles están, para usar sus propias palabras, "descansando en Juan 3:16" o 5:24, y no tienen la menor duda de que pasarán la eternidad con Cristo. No obstante, es el deber ineludible de todo verdadero siervo de Dios decirle a la gran mayoría de ellos que están lamentablemente engañados por Satanás (Pink, Studies on Saving Faith, p. 109)”...” (ver Hawley, Arthur Pink on Dispensationalism and Free Grace Theology).
Por estas razones es que ya no leo a Arthur Pink. Pero hay más.
“Es falso que Dios ame a todas sus criaturas"
Entre calvinistas es muy concurrido el escrito de Pink titulado “¿Ama Dios a todos?”. En este escrito, Pink dice que aunque la idea de que Dios ama a todas sus criaturas es falsa, es la idea favorita de muchas sectas. Pink asegura que históricamente no se creyó que Dios amara a los pecadores sino hasta hace muy poco tiempo:
Los escritos de los padres de la iglesia, los reformadores o los puritanos (según creemos) podrían ser investigados en vano en busca de tal concepto.
Añade que Moody -mentor de C.I. Scofield- fue uno de los que causó que esta idea “antibíblica y moderna" se extendiera con mayor rapidez entre cristianos; decir, entre otras cosas, que Dios ama al pecador. Algo más taimado que un billete de tres dólares. Pink escribe:
Decirle al que rechaza a Cristo que Dios lo ama es cauterizar su conciencia, y además es darle un sentido de seguridad en relación a sus pecados.
Cuando menos reconoce que Juan 3:16 es “la excepción” y que en efecto dice que Dios ama al mundo.
“El amor de Dios es exclusivo para su iglesia”
Según Pink, el amor de Dios es única y exclusivamente para la iglesia. En su explicación de Juan 3:16 indica que “mundo” no debe entenderse como “humanidad” sino como una referencia al alcance internacional de su amor por sus elegidos. Una mejor lectura de Juan 3:16 sería entonces “Porque de tal manera amó Dios a la iglesia que ha dado a su Hijo Unigénito…”
Uno se pregunta de dónde ha sacado el neopuritanismo tanto énfasis en la ira de Dios y giros tan dramáticos y acusatorios en la evangelización hasta que se leen estas cosas. Pink es uno de los padres de estas prácticas. Según esto, los pecadores no deben oír la mentira de que Dios los ama sino todo lo contrario: que Dios los odia; escribió:
Lo que los pecadores necesitan que se les muestre es la santidad indescriptible, la justicia inflexible y exigente, y la terrible ira de Dios.
Así, cuando tú le dices a un pecador que Dios lo ama estás “echando perlas a los cerdos”. Pink cita Mateo 7:6 como soporte a su afirmación. Sin embargo, esta Escritura no nos dice nada sobre el contenido del mensaje, el evangelio del reino, como sí de la respuesta que los discípulos deberían tener ante un rechazo obstinado de aquel. En otras palabras, hablar del amor de Dios por el pecador no sería, en todo caso, “echar perlas a los cerdos” a menos de que este mensaje sea indubitablemente rechazado.
Es importante notar, además, que justo en una Escritura previa Jesús ordena a sus discípulos a amar a sus enemigos, para ser perfectos como el Padre que está en los cielos (Mt.5:42-48). Qué interesante que dicha perfección de Dios que se exige en los discípulos a través del amor al enemigo, no esté presente de ninguna manera para Pink, en Dios. “Yo te amo porque el Dios que no te ama me lo ordena”. Suena muy impropio de un Dios en quien no hay contradicción.
Qué interesante que dicha perfección de Dios que se exige en los discípulos a través del amor al enemigo, no esté presente de ninguna manera para Pink, en Dios.
Por extensión y a la luz de la Santísima Trinidad, cuando Pink afirma que Dios no ama al pecador está diciendo que Jesús no ama al pecador. Tampoco el Espíritu Santo. Leemos, no obstante, en la Palabra:
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Ro. 5:8).
Dios muestra su amor hacia el pecador.
Cristo muestra su amor hacia el pecador.
Pink responde que ese amor es solo por los elegidos porque en su teología entiende que hay personas predestinadas para la total perdición que jamás han sido ni serán objeto del amor de Dios.
Aún concediendo esto, el razonamiento de Pink nos mete en un embrollo al tratar de dilucidar a quiénes le podemos predicar del amor de Dios y a quiénes no. Porque si algunos han sido elegidos y amados desde antes de la fundación del mundo, no estaríamos equivocados al predicar sobre el amor divino a sus criaturas elegidas. Pink parece resolver este problema diciendo que simple y sencillamente no prediquemos a nadie del amor de Dios.
“Todo el amor de Dios para los piadosos. Para los demás es su ira"
Finalmente, Pink divide al cosmos en dos mundos: el mundo de los piadosos y el mundo de los impíos. Según él, todo lo que la Biblia diga del amor de Dios lo dice respecto del mundo de los piadosos, y todo lo que dice sobre la ira y el aborrecimiento lo dice del mundo de los impíos. El problema es que respecto de Israel, por ejemplo, se dicen las dos cosas: que es amado y que es aborrecido:
Cuando Israel era niño, Yo lo amé, Y de Egipto llamé a Mi hijo (Os.11:1).
Lo provocaron con sus lugares altos, Y despertaron Sus celos con sus imágenes talladas. Al oírlo Dios, se indignó, Y aborreció a Israel en gran manera (Salmo 78:58-59).
La apostasía dentro de Israel ha sido un hecho probado a lo largo de los siglos. Pink dice que no se le debe de hablar del amor de Dios a nadie dentro del mundo de los impíos. ¿Y quiénes son estos? Pink dice que aquellos entre los cuales:
No importa si un hombre vive desafiando abiertamente al cielo, sin preocuparse en absoluto por los intereses eternos de su alma, o si no le importa la gloria de Dios, o si muere maldiciendo con sus labios…
Según Pink Dios no puede amar a tal persona. Pero en la descripción de los pecados de Israel hay tales perversiones y otras peores, que no obstante jamás evitaron que Dios siguiera hablándole a su pueblo de su amor.
Para ser justos, Pink explica que dentro de los elegidos es donde Dios manifiesta su amor y su paciencia, y que si existe algún pecador renuente, le sigue amando, pero solo porque lo reconoce como elegido y sabe que pronto manifestará su carácter de electo a través de su obediencia.
“Dios no tiene paciencia hacia los incrédulos"
Para Pink Dios no tiene paciencia hacia los incrédulos. 2 Pedro 3:9, dice, es para la iglesia. La paciencia es para la iglesia, no para el mundo de los impíos a quienes Dios ya sepultó una vez bajo las aguas del diluvio (2 P.2:5). Según esta interpretación, cada vez que la Biblia habla de que Dios es clemente, paciente, compasivo y misericordioso no se refiere de ninguna forma a los incrédulos sino solo a los elegidos, que por lo demás, no sabemos quiénes son.
“Solo puedes saber que Dios te ama viéndote a ti mismo"
En suma, el Dios de Pink solo ama a los que le aman. Y los que le aman son los que le obedecen. Así, la única manera de saberte amado por Dios es observar qué tanto actúas como Dios dice que debes actuar. Entonces una vez que eres obediente puedes decir que Dios te ama.
Jesús dice en Juan 14:15 que si le amamos le obedezcamos. Pero también dice que su amor hacia nosotros es por pura gracia:
Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados) (Ef.2:4-5).
Dios nos amó cuando éramos incrédulos, muertos en delitos y pecados. Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo para que fuésemos salvos por él. De manera que en la lección de Pink está ausente una comprensión adecuada de la gracia. Porque la gracia tiene su origen en el amor con que el Padre envió a su Hijo.
La importancia del amor en la evangelización
Este amor, aún cuando sea catalogado como electivo, no tiene porqué impedir en la predicación el tema del grande y abundante amor de Dios hacia los pecadores. Porque si el objetivo de no predicar sobre el amor de Dios es no engañar al impío con falsas esperanzas, tendríamos también que dejar de predicar sobre la gracia y el amor de Dios hacia la iglesia pues ¿cómo estar seguros de que no le estamos predicando a un impío que fue indebidamente bautizado y recibido en la membresía? ¿Por qué le dices a un no electo -pero infiltrado- que Dios le ama cuando no es así?
Esto pasa cuando nos arrogamos una autoridad que no tenemos como pecadores. Decidir a quiénes ama y a quiénes no, nuestro soberano Señor.
Pink dice que debemos predicar “que Cristo murió por los pecadores, tú eres un pecador, cree en Cristo y serás salvo”. Pero no reconoce la razón bíblica por la cual aconteció la expiación que es, precisamente, el amor de Dios.
Esto pasa cuando nos arrogamos una autoridad que no tenemos como pecadores. Decidir a quiénes ama y a quiénes no, nuestro soberano Señor.
Si quitas el amor de Dios de la evangelización y te concentras solo en el juicio, la ira y la condenación eterna, tu evangelización será famélica. Creemos que evangelizar es una declaración de guerra que exige la capitulación de los enemigos de Dios en esta dispensación. Pero el apóstol Pablo entendía las cosas diferentes. Evangelizar no solo no es una declaración de guerra, sino todo lo contrario: es un llamado a la reconciliación y a la paz:
Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió con Él mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; es decir, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo con Él mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación
Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcíliense con Dios! Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él (2 Co.5:18-21).
El mensaje no es: “Dios te odia y te pide que hagas la paz con él”. El mensaje es: “Dios envió por amor a su Hijo para que muriera en la cruz por ti y resucitara al tercer día. Reconoce que eres pecador y que Cristo es tu Salvador. Cree y serás salvo”. El evangelio no es una amenaza sino un tratado de paz.
En resumen, según Pink:
Dios solo ama a los elegidos del mundo de los piadosos.
Jesús solo ama a los elegidos del mundo de los piadosos.
Dios solo apunta la predicación a sus elegidos del mundo de los piadosos.
Dios solo tiene paciencia con los elegidos del mundo de los piadosos.
Dios solo tiene misericordia con los elegidos del mundo de los piadosos.
Dios solo extiende su gracia hacia los elegidos del mundo de los piadosos.
Y por tanto, no debemos predicar el amor de Dios, excepto a los elegidos del mundo de los piadosos.
Qué diferente presentaba las cosas el puritano Charles Spurgeon quien explicó:
Si no hubiera habido ninguna caída, y ninguna muerte, Dios habría podido mostrar Su amor hacia nosotros de la manera que lo hace con los espíritus puros y perfectos que rodean Su trono; pero jamás hubiera podido mostrar Su amor hacia nosotros de tal manera como lo hace ahora. En la dádiva de Su unigénito Hijo, Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, en el momento debido Cristo murió por los impíos (n.1850, 7 junio de 1885).
Sí. Cristo murió por amor a los impíos.
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