Yiye Ávila ¿Un falso profeta o un hombre de Dios?
En años recientes se hizo costumbre dentro del movimiento neopuritano el acusar a aquellos que no apoyaban su teología reformada de «herejes, apóstatas y falsos profetas y maestros». Una corriente-dentro-de-la-corriente hizo del pentecostalismo uno de sus objetivos de acoso principales. Esto tuvo un gran éxito, porque al crear a un enemigo común, los nuevos calvinistas lograron captar el interés de la multitud, que generalmente ama el escándalo y la confrontación.
En este artículo me he detenido a revisar algunos de los audios que los detractores de Yiye Ávila, ministro pentecostal de enorme impacto en Latinoamérica, han difundido para probar que Ávila predijo falsamente el regreso de Cristo en 1973,1987 y en la década de los 90, y que por tanto lo convirtieron en un falso profeta.
Acusar de falso profeta a alguien es algo muy serio. Yo mismo que estoy en abierto desacuerdo con parte de la teología de ministros como Paul Washer, John Macarthur y Steve Lawson, jamás los he señalado como falsos maestros. Creo que han enseñado falsa doctrina en ciertas áreas. Pero entiendo que para darle la categoría de falso maestro a alguien se requiere algo más que estar en un error sujeto a interpretación, por muy convencido que yo esté de mis conceptos.
Debo añadir también que la calificación de falso profeta contra Yiye Ávila trae aparejada una invectiva contra el dispensacionalismo. Es una táctica común el atacar a la persona para difamar la tradición teológica a la que pertenece. Matar dos pájaros de un tiro. Entonces, para estos detractores reformados antidispensacionales, lograr descalificar el ministerio de Ávila es también asestar un golpe a la teología dispensacional, al menos a un nivel popular. Por eso también se han ensañado con Armando Alducin y otros que enseñan dispensacionalismo, pero que han hecho afirmaciones desordenadas. Este proceder, sin embargo, es falaz, porque sería lo mismo que atacar al calvinismo apelando al esclavismo de Jonathan Edwards o al totalitarismo de la Ginebra del Calvino. Non sequitur, al menos en mi opinión.
¿Fue Yiye Ávila un falso profeta?
1973.- Reflexionando sobre la profecía de Oseas, Yiye Ávila dijo:
Un día va a venir el Señor, después de dos días, al pasar 2000 años…y ahora mismo estamos en 1970, y alguien me podría decir que para el 2000 faltan 30 años todavía, pero estamos hablando de 1970 conforme al calendario de la tierra…¿pero cuál es la fecha arriba en el cielo?...escucha esto bien: el calendario de Dios es el calendario judío…pero para nosotros las naciones el calendario de Dios fue cambiado al principio de la era cristiana…y los papas de Roma unidos ambos cambiaron el calendario…el calendario judío tiene 360 días por año, pero el calendario nuestro tiene 365 días por año.Ese cambio ha hecho que cuando el año cambia en el cielo, el de nosotros se prolonga todavía cinco días más. Y cada vez que pasa un año nos atrasamos cinco días en la tierra y en casi 2000 años que han pasado se han perdido como veinte años en el calendario de la tierra, y mientras nosotros decimos que estamos en 1971, arriba estamos alrededor del noventa…¡y a punto está de revelarse aquel que aparece como el Hijo del Hombre en una nube blanca con hoz afilada en la mano para segar la mies madura de la tierra!...cuando pasaran dos días de Dios, 2000 años, Cristo descendería a reinar con el pueblo de Israel…escucha esto claro: si estamos alrededor del noventa en el cielo, faltan muy poco para que el Señor descienda a visitar a su pueblo Israel…
Lo único que yo podría decir en defensa de Yiye en este caso particular es que sus estimaciones no mencionaron ni «el día ni la hora». Pero de todos modos resulta problemático el que haya sugerido un año. Me pasa aquí un poco lo que con la declaración de Scofield en la nota de su Biblia, en el sentido de que en la dispensación de la ley la obediencia a la misma era camino de salvación.
Debo insistir, empero, que en esta cita Yiye Ávila no indicó «día y hora» alguna para el regreso de Cristo a la tierra. Hizo estimaciones de años considerando el calendario judío. Dijo que en el cielo están veinte años más adelante que nosotros. Dijo que dos días de Dios son 2000 años, y que según todo esto, «falta muy poco para que el Señor descienda a visitar a su pueblo Israel».
La Biblia habla «del día y la hora» (Mt.24:36). Si este es el criterio, quien da «día y hora» está hablando contra la Escritura.
¿Es sano hacer estimaciones como las de Yiye? Yo creo que no. Según Deuteronomio 18:20-22 si una profecía no se cumplía, el profeta debía morir. Pero también según 13:1-11, el cumplimiento profético no garantizaba que fuese de Dios. Si una persona en la actualidad le dice a la iglesia el día y la hora en la que Cristo regresará, debe ser descartado por ser falso, aún cuando lograra atinarle. ¿Por qué? Porque en el caso del retorno de Cristo Jesús dijo explícitamente que nadie puede saber esa información. Alducin incurrió en el error de sugerir el año en que Cristo vendría. Pero luego se disculpó por ello. En el caso de Yiye, como veremos más adelante, mencionó que jamás debe uno decir «el día y la hora» del regreso de Cristo, implicando ya una reflexión más madura en sus últimos años de ministerio.
1987.- Yiye Ávila dijo:
Estamos en los días de la última generación. Empieza el 88 y allí viene y se cumple el término de una generación. Establecer la nación judía como nación. Así que el año que está a punto de venir es un año dramático, un año de espera, de búsqueda, un año en el cual podemos volar para el cielo en cualquier momento. ¿Por qué lo digo? La generación que viene es el cumplimiento profético del término de una generación. De establecerse el Estado de Israel. Digo, no pasará sin que todo acontezca…es un reto gigante…no sabemos el día ni la hora. Y Si Dios en su soberanía extiende en su soberanía un mes después del 88, dos meses…es mi clamor principal día y noche: permite que pase un segundo después del 88…«Tú dijiste esto, cúmplenos esto»…estamos en la recta final. Ahora, si Dios en su soberanía decidió prolongarlo un año, dos años, un mes, tres minutos, eso nadie lo puede impedir porque Dios es soberano y rey, y hace lo que cree prudente, y nadie se lo puede impedir ni discutir, por eso nadie puede decir día y hora. Y si también se le antoja adelantarlo, y que el primer día del 88 volemos, pues gloria a Dios.
En esta cita Yiye Ávila tampoco habla del «día y la hora» para el rapto de la iglesia ni para el regreso de Cristo, como han dicho sus críticos. Es más, de hecho reconoce lo que dice Mateo 24:36, que «nadie sabe el día y la hora». Dice que en el 88 «podemos volar en cualquier momento», pero que «si Dios en su soberanía decidió prolongarlo un año, dos años, un mes, tres minutos, eso nadie lo puede impedir porque Dios es soberano y rey».
El apóstol Pablo creía que él mismo sería arrebatado antes de morir: «Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor» (1 Tesalonicenses 4:17). Pero más tarde, unos 11 años después, reconocería que ya fuera en la vida o en la muerte, Cristo sería glorificado en su vida (Fil.1:19-20). ¿Estaba Pablo equivocado en 1 Tesalonicenses 4:17? No. Todos los cristianos podemos hablar de la misma manera: «nosotros los que estemos vivos seremos arrebatados». Esa ha de ser nuestra expectativa. Puede pasar en cualquier momento, y no es ni teológica ni bíblicamente incorrecto esperar el arrebatamiento hoy mismo.
Yo pienso que el Señor puede venir este mismo año. Pero debo decir junto con Yiye que «si Dios en su soberanía decidió prolongarlo un año, dos años, un mes, tres minutos, eso nadie lo puede impedir porque Dios es soberano y rey».
Década de 1990.- Yiye Ávila dijo:
En el siete que es el número de Dios, Dios culmina sus obras. Y eso se dio en la creación. Seis días trabajó, el séptimo día descansó, todo quedó hecho y miró Dios que todo estaba bueno..y ahora ya han pasado casi 6000 años después de esa recreación en donde Dios ha estado preparando, creándose un pueblo que va a reinar con él por la eternidad…4000 años pasaron antes de Cristo. 2000 casi están a punto de terminar, y los últimos siete años de estos 2000 vienen después del rapto.
En esta cita, al igual que en las últimas dos que hemos mencionado, Yiye Ávila no da «día y hora» para el rapto ni para el regreso de Cristo. Solo calcula -como lo han hecho otros desde los días de san Agustín- que por cada día de la creación se han de contar mil años de la tierra hasta el regreso de Cristo, estimando una fecha temprana de la creación del mundo.
Estos cálculos son desafortunados. Responden más a la especulación que a lo que dice la Escritura. Y creo que no es lo más conveniente. Pero con todo eso, Yiye no dio aquí en esta cita «el día y la hora» para el regreso de Cristo.
En una entrevista le preguntaron a Yiye si alguna vez le había puesto fecha al rapto y la venida de Cristo en el 2000. Esto respondió:
El día y la hora, nadie lo sabe. Ni aún los ángeles del cielo, dice la Biblia…Nosotros los siervos de Dios, dice la Biblia, no estáis en tinieblas para que ese día os sorprenda como ladrón, porque vosotros sois hijos del día, no de la noche ni de las tinieblas. Que sí, que nosotros sabemos que este es el tiempo. Estamos esperando. Pero día y hora no lo sabemos, no lo predicamos por nada, porque sería sencillamente algo abominable.
En esta declaración Yiye Ávila dijo la verdad. Porque en ninguna de las tres presuntas fechas que se le atribuyen que predicó, él ofrece «día y hora» para la parusía, a menos de que por ello entendemos lo que dijo en su declaración más problemática sobre el regreso de Cristo alrededor del 2000.
No podemos tapar el sol con un dedo. Los cálculos y estimaciones de Yiye Ávila fueron fallidos. Pero dichos cálculos y estimaciones jamás incluyeron una declaración categórica del día y la hora en las que Cristo regresaría por su iglesia y con su iglesia. Yiye reconoció, aún mientras hacía sus estimaciones, que Dios en su soberanía podía cambiarlo todo, adelantándolo o atrasándolo.
Es especialmente relevante su última declaración reconociendo que colocar fechas al rapto es «algo abominable». Aún cuando hubiera dado fechas precisas, con día y hora (algo que no hizo), el que haya reconocido en sus últimos años que eso era un error doctrinal abominable lo hubiese reivindicado de alguna manera, al menos ante la gente que más lo amaba y respetaba, que era mucha. Porque los santos se forjan a lo largo de los años y no por medio de una vacuna, y uno va avanzando en una mejor comprensión de las Escrituras cada día.
Yiye Ávila, incansable evangelista, hizo grandes cosas por el avance del evangelio en Latinoamérica. Fue un pentecostal que logró alcanzar con la doctrina trinitaria a muchos pentecostales que gracias a sus enseñanzas se mantuvieron dentro de la ortodoxia y fuera de la amenaza doctrinal del unitarismo. Alcanzó a mucha gente con el mensaje de la fe en Cristo y la esperanza bienaventurada del arrebatamiento de la iglesia, y se consolidó como ejemplo para muchos ministros pentecostales evangelistas.
Sin duda, un hombre de Dios, como todos los grandes, con luces y sombras.